Línea3.
Formación disciplinar y pedagógica
Descripción:
Los argumentos alrededor de la
profesionalización de la enseñanza parten de la convicción de que existe un
conocimiento base para la enseñanza, es decir, un conjunto metódico y
sistemático de conocimientos, destrezas, tecnología, ética y disposición, y responsabilidad
colectiva; así como un medio para representarlo y comunicarlo (Shulman, 2005,
citado en Cordero, Luna & Patiño, 2011).
De acuerdo con Shulman (1984, citado
en Marcelo, 1992, p. 27) los componentes del conocimiento práctico de los
profesores son: conocimiento del contenido, conocimiento pedagógico general
–principios y estrategias de gestión y organización de la clase-; conocimiento
del curriculum, materiales y programas; conocimiento de contenido pedagógico;
conocimiento de sus alumnos y sus características; conocimiento del contexto
educativo – características de los grupos, comunidades, cultura-; y, el
conocimiento de los fines, propósitos y valores educativos.
Para esta linea de la educación
continua cobra especial relevancia el conocimiento pedagógico del contenido el
cual se refiere a lo que los profesores “conocen sobre el contenido y cómo lo
trasladan a sucesos curriculares de clase” (Carter, 1990, citado en Marcelo,
1991, p. 28). No es un conocimiento que se adquiera de forma mecánica o lineal,
tampoco es enseñado en las instituciones, más bien representa una elaboración
personal del profesor al enfrentarse al proceso de transformar en enseñanza el
contenido aprendido o no durante su etapa formativa. Es decir, tales
conocimientos no son explícitos.
El conocimiento pedagógico del
contenido define los conocimientos distintivos para la enseñanza. Se articulan
en él, el conocimiento de la materia y la didáctica mediante la cual el
profesor comprende cómo determinados temas y problemas se organizan, se
representan y se adaptan a las diferentes capacidades e intereses de los
estudiantes, y los dispone para su enseñanza (Shulman, 1987, citado en Cordero,
Luna & Patiño, 2011).
Por esta razón es que la formación
requerida para desarrollar la habilidad de enseñar a otros implica mucho más
que la actualización disciplinar. Es decir, el conocimiento de la estructura de
la disciplina no es condición para que un maestro sepa enseñar. Para completar
esa condición, es necesario que el profesor conozca el desarrollo cognitivo de
los estudiantes que enseña.
Además, paralelamente, requiere de
reflexionar su práctica docente, hacer explícitas las comprensiones intuitivas,
explorar, probar la acción, formular hipótesis, en síntesis, experimentar en la
práctica (Schön, 1998).
En este sentido, se contemplan en
esta ocasión algunas disciplinas que por sus resultados en las evaluaciones
internacionales resultan problemáticas para la educación básica, media y
superior, tales como la enseñanza de las matemáticas.